Salud holística

La salud integral u holística es un parámetro fundamental del desarrollo y de las necesidades primarias del ser humano. Sin salud no hay bienestar, ni trabajo, ni plenitud de vida. Sin salud es difícil acceder a una participación plena en la vida social, pues el sufrimiento físico aísla al individuo y dificulta las relaciones normales en el medio familiar y social.

Algunos ejemplos podrían ser:

 

  • La salud física abarcaría el ejercicio, la nutrición, la calidad del sueño y el descanso consciente
  • La salud mental tendría que ver con la resiliencia, la solución de problemas, el pensamiento adecuado y el manejo del estrés
  • La salud emocional implicaría la expresión proporcional de sentimientos y emociones, las manifestaciones adaptativas de su personalidad, el manejo de traumas, entre otros.
  • La salud espiritual tiene que ver con los grandes propósitos, con los ideales y valores de la persona, con sus creencias y sensibilidad, que le facilitan la armonía de sus relaciones con la naturaleza y con las personas cercanas.

 

Así pues, es la principal condición del desarrollo humano, es el estado de bienestar que solamente alcanzamos cuando existe un equilibrio entre todos esos factores físicos, biológicos, mentales, emocionales, espirituales y sociales.

La salud integral, no es pues, la ausencia de alteraciones o enfermedades, sino un concepto positivo que implica distintos grados de vitalidad y funcionamiento adaptativo, puesto que cada persona es “bio-individual”, es decir, única.

Concebida de esta manera la salud es fuente de riqueza para la vida cotidiana de cualquier ser humano que desea un desarrollo óptimo y el disfrute de su existencia.